El Complejo Turístico de Los Baños del Inca, uno de los destinos más emblemáticos del norte del Perú, vive su peor momento. Lo que alguna vez fue un orgullo regional hoy se cae a pedazos, no solo en lo físico, sino también en lo institucional y moral. A la cabeza de esta debacle está Alexander Huamán Cortegana, gerente del complejo, colocado a dedo por el alcalde Jaime Mantilla, sin experiencia ni preparación para el turismo.

Con un presupuesto que supera los 6 millones de soles anuales, la infraestructura sigue deteriorada, los servicios son cada vez más deficientes, y los recursos se diluyen en contrataciones irregulares, amistades cuestionables y una presunta red de encubrimiento perfectamente organizada.

Gerente de imagen: un cargo inexistente, pero con 240 mil soles al año

El área de imagen institucional, que debería liderar la promoción turística del complejo, no tiene gerente. No hay campañas, no hay presencia en redes sociales activas, no hay planificación estratégica. Todo el presupuesto —más de 240 mil soles anuales— se diluye sin resultados. Ni siquiera cuentan con redes sociales propias, y las pocas páginas en Facebook o Instagram que existen son administradas por ex empleados.

En los hechos, el responsable de firmar los documentos es Jorge Vásquez, jefe del área de Turismo, un funcionario sin conocimientos ni experiencia en imagen institucional ni comunicaciones, pero que actúa por encargo directo de Alexander Huamán y Cumpita. Jorge es el rostro visible de una burocracia sin criterio. Obedece porque sabe que, si no lo hace, será despedido sin contemplaciones. Ha visto pasar decenas de trabajadores por el complejo, contratados apenas por dos meses, lo suficiente como para que no descubran los manejos oscuros de la administración.

La señorita de contabilidad y la reina del carnaval

Quien realmente gestiona el área de imagen es una joven estudiante de contabilidad, Diana Sánchez, que no solo carece de experiencia, sino que fue elegida también como “reina del complejo” durante el carnaval. Ella redacta los documentos, diseña piezas gráficas, organiza actividades y maneja las redes (cuando las hay), todo sin criterio, para que Jorge los firme sin saber ni qué aprueba. Su cercanía con Alexander Huamán es evidente, y forma parte de un círculo cerrado que opera con total impunidad, con el respaldo de “el cumpita” y la junta directiva, que miran para otro lado o son parte activa del engranaje.

Posibles delitos y silencio cómplice

Los indicios de delitos son múltiples: peculado, desvío de fondos públicos, asociación ilícita para delinquir, tráfico de influencias, abuso de autoridad y acoso laboral. Todo esto ocurre a plena vista del alcalde y presidente del Complejo Jaime Mantilla, cuya inacción lo convierte en cómplice directo. Su respaldo al cuestionado gerente evidencia una red de encubrimiento y clientelismo político.

Llamado urgente a las autoridades

¿Dónde están la Contraloría, SUNAFIL, la Fiscalía? ¿Por qué no se audita el uso de los más de seis millones de soles que maneja este complejo turístico? ¿Cómo es posible que no haya ni siquiera uniformes o planificación con ese nivel de presupuesto?

El Complejo Turístico de Los Baños del Inca no puede seguir siendo saqueado por funcionarios ineptos. Cada día que pasa, se pierden recursos, reputación y oportunidades de desarrollo para una región que tiene en el turismo una de sus principales apuestas económicas.

El turismo no se improvisa. El patrimonio no se abandona. La corrupción no se perdona.

Fuente: La Redacción Cajamarca.

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